domingo, 9 de noviembre de 2014

CIUDAD DE SAN FRANCISCO DE QUITO




 



Fundación: 6 Diciembre 1534, Sebastian de Benalcazar.
Independencia: 24 de Mayo 1822.
Fecha de Cantonización: 25 de junio de 1824.

Nombres: Quito, capital del barroco americano; Quito, ciudad del planeta más cercana al sol; Quito, ciudad de las iglesias; Quito, carita de Dios, Edén de maravillas; Quito, ciudad de las leyendas; Quito, arrabal del cielo; Quito, Relicario de  Arte  en  América;  Quito,  Luz  de  América;  Quito,  descubridora  del  Río Amazonas; Quito, capital de las estrella, Quito Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Declaratoria: 18 de septiembre de 1978 por la UNESCO, Patrimonio Cultural de la Humanidad.
Altitud: 2850 msnm Temperatura.- 10 a los 27 °C Ubicación.- Hoya de Guayllabamba
San  Francisco  de  Quito,  es la  ciudad  capital  de la  República  del  Ecuador  y también de la provincia de Pichincha,  y es la segunda ciudad más grande y poblada de Ecuador. Además es cabecera del área metropolitana que la forma, conocida como Distrito Metropolitano de Quito.
Está ubicada sobre la hoya de Guayllabamba en las laderas orientales del estratovolcán activo Pichincha, en la parte occidental de los Andes. Se encuentra aproximadamente en las coordenadas 0°15′0″S 78°35′24″O y su altitud promedio es de 2850 msnm La ciudad está dividida en 32 parroquias, las cuales se subdividen en barrios.

ATRACTIVOS


 Iglesia de la Compañía de Jesús.- En 1605 comenzaron los jesuitas de Quito los trabajos de su iglesia. Hacia 1613 llegó a la ciudad el hermano coadjutor Marcos Guerra, quien fuera arquitecto brillante en el Reino de Nápoles, antes de entrar en la Orden. El corrigió lo que se había hecho y dio a la obra el trazo definitivo.
A su muerte, acaecida en 1668, la iglesia y edificios contiguos, con sus tres claustros,  estaban  concluidos  en  lo  fundamental.  La  fachada  comenzaría  a labrarse en 1722 y solo se terminaría en 1765, en vísperas de la expulsión de los de Loyola de los dominios del rey de España. La fachada del templo es una de las maravillas del barroco y plateresco americanos. Flanquean la puerta principal seis columnas salomónicas fastuosas, integradas por primera vez al movimiento arquitectónico en el arte americano y las puertas laterales, pilastras de estilo romano corintio.
Todas reposan sobre un estilobato en paneles con decoración renacentista. Sobre el arquitrabe corre un friso de soles y follaje, y sobre el friso, la cornisa que parecería sustentarse sobre hojas de acanto.
La cornisa, que corre ceñida a los resaltos de la fachada, sobre la puerta principal se convierte en arco, suerte de dosel de un nicho que aloja a la Inmaculada, guardada por ángeles y querubines.
 El segundo cuerpo, de fina ornamentación plateresca, está formado por dos bloques, con preciosas columnas, que dejan al centro enorme ventana coronada por la inscripción votiva a Loyola.
El admirable conjunto de columnas y frisos, esculturas y molduras, paneles y panoplias simbólicas, tan rico y a la vez tan exacto, se remata con tímpano semicircular y el signo eucarístico sobre espigón de crestería.
Entrar al templo es quedar deslumbrado ante estupenda síntesis de fasto y armonía, de riqueza barroca y barroco equilibrio, todo en oro. No hay lugar del retablo mayor y de capillas, de la bóveda del crucero y columnas, de tribunas y coro, que no esté recubierto de primorosa decoración.
En el retablo del altar mayor, obra de Legarda, se ha retomado como principal motivo de composición las columnas salomónicas de la fachada y las cornisas que se estiran al centro en arco y se ha hecho culminar el conjunto, abigarrado y deslumbrante, por corona sostenida por ángeles. Los nichos, cuatro, alojan cuatro tallas policromadas, correspondientes a los cuatro fundadores de las grandes órdenes, San Francisco y San Ignacio de Loyola con el inconfundible estilo de Legarda.
A ambos lados del presbiterio y a los lados del crucero contiguos al presbiterio hay admirables tribunas, obras maestras de tallado. Las columnas de la nave cen tral están adornadas, de lado y lado, con una de las más importantes series de la pintura colonial quiteña: la de los profetas, atribuida a Goríbar. A la noble caracterización de cada personaje, al cuidadoso tratamiento de túnica y manto, se une la cromática del paisaje y escenas de fondo, donde hay tanto color quiteño.
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Iglesia de San Agustín.- El arquitecto extremeño Francisco Becerra, que se hallaba por aquel entonces en Quito, trazó los planos de la iglesia y convento de San Agustín, hacia 1580 ó 1583.
En 1606 se firmó contrato con el arquitecto español Juan del Corral, casado con quiteña, para la edificación. Terminada la obra arquitectónica, se mandó traer de Roma retablo para el altar mayor y se hizo la talla de los altares laterales. Todo aquello estuvo terminado para 1650. La fachada se trabajó según consta la inscripción puesta sobre la puerta de entrada entre 1659 y 1669. Por aquellos mismos años se hacía la obra de los claustros y Miguel de Santiago pintaba para ellos los bellísimos lienzos de la vida de San Agustín -de 3 metros por más de 2.
En ellos reinterpretó cromáticamente y dio vida y ambiente a los grabados del flamenco Bolswert que le sirvieron de modelo. Además de esta serie, hay en San Agustín otra imporantísima obra de la Escuela Quiteña, del mismo Miguel de Santiago: el cuadro llamado de la Regla, colosal tela de 8 metros por más de 6, que está sobre el presbiterio del templo.
 Pero hay mucho más que admirar en San Agustín: numerosos rasgos originales del columnario de los retablos de la iglesia, la belleza del claustro con sus galerías superpuestas, y la Sala Capitular.
A la mitad del tramo oriental del claustro se abre la puerta de la Sala Capitular, célebre porque en ella se firmó el Acta del 10 de Agosto de 1809.
Tiene en su testero un hermoso calvario de Olmos, imaginero quiteño de comienzos del XVIII, y, al extremo opuesto, la tribuna para el orador o lector, de riquísima talla, coronada por preciosa concha ribeteada por calado de fino encaje. El artesonado de la bóveda está adornado con numerosas telas y en los faldones hay lienzos de motivos hagiográficos, dieciséis de un lado y dieciséis del otro. El de la muerte de San Agustín y el de San Jerónimo son de Miguel de Santiago; una Pietá, probablemente, de Ribalta.
San Agustín, iglesia y claustro, con todas las obras nombradas y otras más, es una verdadera pinacoteca del arte colonial quiteño.
 

 El Panecillo.- Desde aquí también es posible apreciar el Panecillo esta elevación natural fue bautizada así por su parecido con un pan pequeño, se erige en medio de la ciudad como un mirador natural desde el cual se aprecia la belleza andina de la zona y la disposición urbana de la ciudad.
El montículo recibió su calificativo de los conquistadores españoles, pero se cree que su nombre auténtico es "Shungoloma" que en quichua significa "loma del corazón". En la época preincaica se erigió sobre él un templo dedicado al culto del dios Sol, llamado Yavirac, el cual fue destruido por el indio Rumiñahui mientras resistía con sus tropas al avance español.
La loma del Panecillo, con tres mil metros de altitud sobre el nivel del mar, es una referencia para los quiteños porque marca la división entre el sur y el centro de la ciudad y aún mantiene el legado de la época incaica porque allí se encuentra la Olla Panecillo, una especie de cisterna circular de ocho metros de
Profundidad que fue utilizado para el riego de sembríos.
Años después, durante la dominación española, el lugar sirvió para recolectar agua lluvia destinada al riego de los jardines de la mansión española Bellavista y luego fue utilizado como sitio de defensa de las tropas coloniales durante la batalla libertaria de Pichincha el 24 de mayo de 1822.
En 1976, el artista español Agustín de la Herrán Matorras realizó en aluminio el monumento a la Virgen María que se encuentra en la cúspide del cerro. Está compuesto por siete mil piezas y es considerado como la mayor representación de aluminio del mundo.
La obra, es una réplica de la escultura de treinta centímetros realizada en el siglo XVIII por el escultor quiteño Bernardo de Legarda, que reposa en el convento barroco de la Iglesia de San Francisco.


La Ronda.- la cual fue restaurada completamente durante el año 2006. La calle Morales era el corazón bohemio del Centro Histórico a mediados del siglo XX, donde abundaban casas de artistas, artesanos, pintores, poetas y músicos. Lamentablemente sufrió un deterioro constante hasta que el proyecto para resucitarlo volvió a darle vida. Hoy, La Ronda ha recuperado su encanto con galerías, cafés y tiendas que ocupan las casas viejas. Esto incluye una familia que hace las hermosas velas de colores en forma  de flores y que son utilizadas durante procesiones religiosas, otra que sirve las 'empanadas de viento' más finas de Quito y un gran café cultural, la Casa 707.
La Ronda era una conexión importante a la ciudad antigua como acceso por el costado sur. Fue en tiempos preincaicos y pre hispanos un camino hacia el río de la ciudad para la gente del lugar. En la Colonia y en la era de la Independencia, la calle fue una vía importante para traer enfermos al Hospital San Juan de Dios, ubicado a su costado, en la parte occidental. Actualmente, el hospital es la casa de un Museo de primera clase en la ciudad de Quito
 
Itchimbía.- ocupa la cima y las laderas de la loma del Itchimbia a 2.910 msnm., situada en el límite oriental del Centro Histórico. Está rodeado por barrios tradicionales como El Dorado, La Tola y San Blas, por lo que ofrece una vista panorámica de la ciudad y su entorno, convirtiéndose en un impresionante mirador natural, desde el cual se puede divisar el Centro Histórico, volcanes y nevados que rodean a la ciudad como el Pichincha, el Cayambe y el Antisana.
El Itchimbia es un parque educativo, recreativo y además es hoy en día un pulmón verde para el Centro Histórico; cuenta con una amplia oferta de instalaciones y actividades  de  primera  calidad:  juegos  infantiles,  ágora  natural  para presentaciones  artísticas,  senderos,  ciclo  vía,  canchas  de  fútbol,  básquet  y voleibol, pérgolas, en fin las opciones son muchas.
Dentro de este parque se levanta el   Centro Cultural Itchimbia, conocido popularmente como   “Palacio de cristal”, es uno de los sitios culturales más importantes de la ciudad y del país. El Itchimbia es un lugar que invita a la relajación y esparcimiento, donde se propicia el desarrollo de los sentidos con la presencia de elementos sencillos como el bosque andino, el paisaje, los sonidos, las texturas y los olores de la naturaleza.
Este es nuestro tercer mirador el cual nos permite observar exclusivamente el centro y norte de la ciudad de Quito dando realce al cambio de tiempo, del Quito antiguo al Quito Moderno.
Se considera como el balcón de Quito por su altura y extensión, tiene una vista de la Avenida de los Volcanes. En este lugar los Incas purificaban su cuerpo y recuperaban energías, además era un punto estratégico para realizar entrenamientos militares en la época colonial, aquí podemos hallar un humedal el cual fue construido en la alcaldía de Paco Moncayo con el fin de salvar a las especies de Ranas que habitaban en la ciudad de Quito.

Parque Museo Yaku.- mirador,  desde el cual se puede apreciar completamente el centro histórico de la ciudad de Quito y en el que podemos ver uno de los museos de mayor acogida de la ciudad el cual es el museo Parque Yaku, Yaku significa "agua" en quichua y en este museo puede conocer de cerca el valor del agua para las comunidades aborígenes de Quito.
Aquí  la ciudadanía puede conocer sobre este estratégico recurso, así como los conocimientos, intercambios y reflexiones que el mismo provoca. El Yaku está localizado en el barrio antiguo de El Placer, en las faldas del volcán Pichincha y es uno de los más tradicionales y simbólicos de la ciudad. Su localización hace que sea un estratégico punto de observación y contemplación. En el pasado yacían aquí fuentes de agua que eran una simbólica y espiritual conexión entre la naturaleza y la actividad social. El museo del agua garantiza una gran vista desde las faldas del volcán Pichincha hacia el Centro Histórico. Los visitantes podrán ser guiados por varios lugares, donde los niños y adultos podrán divertirse.
 
Mirador de San Juan.- que La loma donde se asienta el barrio de San Juan fue un espacio simbólico importante. Estudiosos señalan que a la llegada de los españoles en 1534, en este lugar se levantaba un templo de adoración Inca denominado Huanacauri.

Actualmente, quienes visiten el mirador de San Juan, podrán admirar la cadena montañosa que rodea a la ciudad y entender por qué este sitio fue escogido como sagrado. En días despejados se puede observar nevados como Cotopaxi, los Altares,  el  Antisana  y  el  Cayambe.  Además  se  puede  regocijar  con  una privilegiada perspectiva del Centro Histórico, que muestra rincones normalmente ocultos a la vista, como los jardines del claustro de La Concepción o los patios occidentales del complejo religioso de San Francisco.
El Mirador de San Juan está ubicado en un pequeño parque que lleva el mismo nombre, y que está ubicado en la calle Carchi y Nicaragua. Desde allí, usted podrá cruzar un puente sobre la quebrada para descender hacia la Plaza Grande.
 

 
                                                           
Plaza Grande.- La Plaza Grande o Plaza de la Independencia, es uno de los mayores atractivos del casco colonial de Quito. En ella se descubren algunas de las joyas arquitectónicas que le valieron para que haya sido declarada por las Naciones Unidas, como Patrimonio Cultura de la Humanidad.
La historia inicia en la Plaza Grande o Plaza de la Independencia, conocido como centro de actividades y reuniones quiteñas desde el siglo 16 y donde hoy se levanta el monumento a los héroes de la independencia.
La ciudad fue trazada alrededor de esta y es en 1.612 que se instalan en su entorno  los  principales  poderes  del  Estado,  los  mismos  cuyas  sedes  se encuentran todavía en la Plaza.
Dirección: Se encuentra en el corazón del Centro Histórico, está rodeada por cuatro pilares de la sociedad, la Catedral, el Palacio Presidencial, el Palacio de Arzobispo y el Palacio Municipal.
Fecha de Creación:  No se conoce con exactitud la fecha de creación pero se afirma que el conjunto que encierra la plaza grande es del siglo XVI - . Y el Monumento a la Independencia, fue construido a partir de 1906 e inaugurado en 1909.
Descripción: En  la  Plaza  Grande  propiamente  dicha,  se  encuentra  el  Monumento  a  la Independencia, el mismo que fue construido a partir de 1906 e inaugurado en 1909, pues antiguamente en el centro de la Plaza Grande se encontraba una pileta.
El monumento está construido en mármol de Carrara y su diseñador fue Juan Bautista  Minguetti.  Fue  construida  en  Italia  y  luego  traído  hasta  esta  ciudad primero en barco desde Guayaquil, luego en tren y mulas.
 

 
Catedral Primada de Quito.- La Catedral de Quito o Iglesia Museo Catedral Primada de Quito es considerada una de las más antiguas de América Latina y es uno de los símbolos religiosos de mayor valor espiritual para la comunidad católica de la ciudad de Quito.
Contiene un acumulado histórico de la vida cotidiana, política, religiosa y artística de varias generaciones quiteñas. Se encuentra ubicada en el corazón del centro histórico de Quito: la Plaza de la Independencia o Plaza Grande, exactamente en el Pasaje Espejo, entre las calles Venezuela y García Moreno, diagonal al Palacio de Carondelet.
La Catedral de Quito inició su edificación entre 1562 y 1567, y culminó en 1806 por obra del Presidente de la Real Audiencia: el Barón Héctor de Carondelet. Inicialmente en el siglo XVI, 1535, se levantó el templo con adobe y madera labrada. Posteriormente, en 1545, fue nombrada Catedral. Luego en 1562 se la demolió para reconstruirla con cimientos de piedra.
En el trabajo de construcción participaron los quiteños organizados en minga, quienes levantaron un grandioso templo lleno de historias y encantos. Su financiación fue proporcionada por las cajas reales, los españoles y por los indios. Su forma rectangular obedeció a la dificultad de edificarla con frente a la Plaza Grande por una quebrada honda que corría hacia la parte de atrás. Esta Catedral fue el primer templo construido en Quito con influencias y estilos del arte indígena y la concepción hispana. El mismo ha sufrido dos terremotos que sacudieron a la capital del Ecuador en octubre de 1660 y en febrero de 1797.
Entre sus más bellos atractivos se encuentran las obras de arte, pinturas y esculturas realizadas por importantes artistas de la época colonial y republicana. Una de las obras destacadas es el lienzo de la muerte de la Virgen, de Miguel de Santiago, puesto en el muro del trascoro. Además, en esta, descansan los restos de Antonio José de Sucre, prócer de la Independencia del Ecuador. Su diseño colonial la convierte en una maravilla arquitectónica.


 
  Iglesia de San Francisco.- San Francisco, el más imponente monumento arquitectónico quiteño. Ofrece a la admiración del visitante templo, capillas y convento. El conjunto, que abarca casi dos manzanas completas y se yergue sobre amplísima explanada de piedra, tiene tanta grandeza que Ernesto La Orden lo llamó "Escorial sobre los Andes".
La construcción de templo y convento la comenzó fray Jodoco Ricke, a poco tiempo de fundada la ciudad, en 1536, y fue obra de arquitectos y talladores como fray Francisco Benítez, quien asumió la obra en el último cuarto del siglo XVI y la remató en 1605. (Y talló la sillería e imágenes del coro). Fachada de templo y convento se alzan sobre amplio atrio que corre de extremo a extremo de la plaza, alto de zócalo, todo de piedra, solo roto al medio para dar acceso desde la plaza por hermosa escalinata pétrea de doble abanico.
La fachada de la iglesia es severa, dentro de los cánones renacentistas del neoclasicismo grecorromano. De sus dos cuerpos, el primero tiene un orden de columnas dóricas asentadas sobre sólidas bases que se confunden con el zócalo; el superior tiene columnas -un cuarto más pequeñas jónicas. Apenas hay decoración: sólo el cordón franciscano que envuelve, como moldura, el gran ventanal de encima de la puerta principal; las estatuas de San Pedro y San Pablo, a uno y otro lado de la misma ventana y más arriba un Cristo, todo en piedras de bella factura.
Al entrar en la iglesia se queda debajo del nártex, de cielo raso bajo adornado por pequeñas telas pintadas, enmarcadas y rodeadas por alegre conjunto ornamental de caras de ángeles y flores, todo de, gusto italianizante. La nave central es alta y el crucero, justamente celebrado, se sostiene sobre cuatro arcos torales. De lado y lado tiene capillas con hermosos retablos. El retablo del altar mayor, poblado de estatuas, da vuelta al presbiterio en redondo. El artesonado de la gran nave fue de lacería mudéjar hasta cuando el terremoto de 1755 obligó a sustituirlo por el actual. Cómo fuese la lacería mudéjar puede verse aún en la cúpula del crucero.
La cantidad de joyas artísticas que guardan la iglesia y el convento franciscano las del convento ordenadas ahora en museo- requeriría guía particular muy detallada. De especial belleza y magnitud son el retablo de San Antonio de Padua, del  más  depurado  estilo  neoclásico,  que  guarda  en  la  parte  superi or,  bajo espléndido dosel, una de las obras maestras del genial Caspicara, el grupo de la asunción de la Virgen ante los asombrados ojos de los apóstoles y, al frente, en el otro brazo del crucero, el retablo adornado con placas de plata repujada, que tiene como centro una prodigiosa talla de San Francisco con alas de plata, también de Caspicara. Y, por supuesto, al centro el retablo del altar mayor, abigarrado conjunto, denso de sentido, desde las imágenes sedentes de los cuatro evangelistas, en el zócalo, hasta el remate de las virtudes, con los doce apóstoles en las calles intermedias. Y en nichos, en el central, la Inmaculada de Legarda, y en el superior, el grupo del Bautismo del Señor de Diego de Robles.

 








                                                                  GASTRONOMIA
Dulces de antaño, como colaciones, quesadillas, aplanchados, moncaibas, etc.
Hornado, es un cerdo entero asado en horno de leña; se elabora en los alrededores de  la ciudad, siendo preferidos los de los Chillos. En El Tingo y en Sangolquí siempre lo sirven con tortilla, mote o choclo mote, maduro frito, ensalada de lechuga, aguacate, acompañado del tradicional agrio criollo, que consiste en una ensalada jugosa hecha con chicha, tomate, cebolla, ají, cilantro y panela.







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